miércoles, 19 de enero de 2011

El escritor y el librero

¡Hola juventud!l Recordamos el Centenario del nacimiento de nuestro Amauta Arguedas -18 de enero- comentando la correspondencia que mantuvo con don Juan Mejia Baca, eminente librero y eterno apasionado de la lectura. ¡Vamos bien!

“Novelista, folclorista, etnólogo. Luchador y socialista. Hijo insurrecto de dos naciones en disputa, consagró sus existencia a hacer prevalecer el arte y las tradiciones del universo andino en medio de una nación segregada, intolerante y opresora…” (1)

Aldo Vela Carrillo

Al cumplirse los cien años del natalicio de nuestro Amauta José María Arguedas, rendimos homenaje a tan magno acontecimiento comentando la correspondencia que mantuvo con su dilecto amigo Juan Mejía Baca, entre los años 1954 y 1956, cuando se encontraba realizando investigaciones antropológicas y etnológicas en la sierra central. Material inédito hasta el 2005 y publicado por la Biblioteca Nacional gracias a la generosidad del librero y difusor cultural chiclayano, quien por algo confiesa: “Siempre fui un lector…De lector pasé a librero, y de librero, a editor. Es casi lo mismo, es sólo como subir una grada; luego pasé a la Biblioteca Nacional. No quiero decir que esto sea una carrera o un camino: ha sido sólo mi vida". (2)

1. Carta de JMA a JMB: 29 de noviembre de 1954.
Resaltamos de esta misiva las sugerencias que brinda JMA para hacer más atractiva la librería que tiene JMB en Huancayo de acuerdo a la realidad del público lector. Considera que es un establecimiento muy sofisticado, que no permite atraer a los maestros y las “clases medias” para que gocen del placer de la lectura; sobre todo, JMA reconoce el potencial lector del magisterio huancaíno y el desinterés de los comerciantes por la afición lectora:
“Quizá sacar algunos libros en unas vitrinas hacia la calle, ponerle un cartel alegre sobre la puerta y aún ofrecer algunos libros que interese a los maestros que son grandes lectores, quizá los más en este valle. Y poner de vez en cuando algún aviso en ‘La Voz de Huancayo’ que circula no solo aquí sino en Ayacucho y Jauja (…). Y los hombres de negocios no leen, menos aquí. Te vuelvo a repetir que el magisterio de este valle es del más alto nivel en todo el País”. (3)

2. Respuesta de JMB: 03 de diciembre de 1954.
JMB acusa recibo de la misiva de JMA y agradece las sugerencias planteadas con el fin de mejorar el ambiente lector de la librería de Huancayo. Asimismo, le comunica sobre los planes que tiene para seguir difundiendo nuestra cultura a nivel nacional, como una necesidad vital para el progreso del país, teniendo en cuenta a los lectores realizados y la promoción de nuevos lectores, demostrando así su gran amor por la cultura y su preocupación por el Perú:

“Mucho te agradezco por tus impresiones que me transmites sobre la librería de Huancayo (…). Hace 15 años que no he vuelto por esa ciudad, y mi propósito es darme un salto en cuanto mi tiempo me lo permita. Es más, estoy planeando un viaje por todo el Perú, para en contacto directo ver las necesidades en lo que al libro se refiere y establecer agencias, subagencias, corresponsales, no solo en las ciudades grandes o capitales sino en las menores: satisfacer la necesidad del lector hecho y tratar de inquietar y formar nuevos lectores. Alimento material y espiritual, creo son las necesidades básicas de nuestro querido Perú”. (4)

Asimismo, JMB le comunica que ha programado una jornada cultural en Huancayo, con la presencia del maestro Emilio Barrantes y el poeta Manuel Moreno Jimeno, quienes abordarían temas sobre “Educación y comunidad” y “El Derecho a la lectura” respectivamente. Y le solicita que participe en dicha actividad con un tema de su libre elección, como estrategia de fomento de la educación y cultura en los pueblos del Perú profundo, a fin de contrarrestar la alienación y el olvido gubernamental.

3. Misiva de JMA a JMB: 08 de diciembre de 1954.
JMA reconoce el acierto de programar jornadas culturales, que culminen con las charlas de los entendidos en la materia y la intervención de los participantes, ya sea con sus críticas o preguntas, que permitan seguir estudiando nuestra realidad en busca de solucionar los graves problemas que se arrastran desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, reconoce que Manuel Jimeno tratará sobre un preocupante tema universal, como es el caso del derecho a la alfabetización –en el sentido de la práctica lectora- que tiene todo ser humano y, por otro lado, Emilio Barrantes abordaría el problema nacional de la educación en las comunidades; por lo que JMA se compromete a desarrollar un asunto local: “Las artes populares y la Feria de Huancayo”; debido a que en esa época se encontraba investigando sobre las comunidades indígenas y la cultura popular en el Valle del Mantaro, tal como señalamos al inicio del texto:

“Es un verdadero acierto que las charlas que has de propiciar se ofrezcan como una continuación de las Jornadas Culturales. Serian su culminación. Las “conferencias” han sido muy pintorescamente acompañadas de recitaciones y números de música, a la manera clásica de las ‘veladas literario-musicales’ (…) Y hasta hubo entusiasmo; para la segunda yo fui el único conferencista, porque así lo pedí, y la charla salió muy bien, amena y sencilla, a pesar de que pudimos hablar casi a fondo del asunto (…). He quedado con Montenegro que intervendré y ayudaré a organizar el asunto. Además presentar a Manuel y a Barrantes, porque las ‘presentaciones’ son todavía aquí a lo ‘Demóstenes’ con toda la salsa criolla, algo espantoso”. (5).

Hemos rescatado lo esencial del intercambio epistolar sobre lectura y promoción cultural que el acucioso lector puede encontrar en el texto “Correspondencia entre José María Arguedas y Juan Mejía Baca en la Biblioteca Nacional” (2005), con la introducción de Carmen María Pinilla, insigne estudiosa de la obra de nuestro inmortal Amauta José María.

Nos cabe recalcar que como maestros tenemos la dichosa obligación de interactuar con nuestros pupilos y hacer conocer el valioso patrimonio cultural que tenemos, tantas veces ignorado por intereses mezquinos que buscan que nuestro pueblo permanezca eternamente en la oscuridad de la ignorancia y sea presa fácil del engaño y dominación por patrones culturales ajenos a nuestra realidad en la borrasca neoliberal. La vida y obra de preclaros hombres como JMA y JMB nos deben servir para comprometernos, aún más, con la cultura popular.

A cien años de su nacimiento, la obra arguediana sigue vigente, se refleja en la cruda realidad en la cual nos encontramos las grandes mayorías, eternos sedientos de justicia y bienestar; pero, al mismo tiempo, comprometidos –“Nosotros los maestros”- por un nuevo mundo donde nos integremos “Todas las sangres” que existen en “Los ríos profundos” de la adversidad, considerando “El sueño del pongo” como algo que se debe plasmar para celebrar con “Cantos y cuentos quechuas” en “Yawar fiesta”, libando “Agua” y adornados con “Diamantes y pedernales”, gozando con “Warma Kuyay” a pesar de “El zorro de arriba y el zorro de abajo” que busca “La agonía de Rasu Ñiti” y terminemos en “El Sexto” por el autoritarismo gubernamental que así como ayer defendió a la oligarquía, hoy lo hace con el modelo neoliberal. ¡No pasarán!

Referencias:
1. VELA, Aldo. (2011). “El peruano profundo”. En: Revista Somos Nº 1258. Lima, 15 de enero de 20011. Editora El Comercio. Pág. 86.
2. JARQUE, Fietta. (1988). “Juan Mejía Baca”. En: El País. Madrid, 10 de noviembre de 1988.
3. PINILLA, Carmen. (2005). “Correspondencia entre José María Arguedas y Juan Mejía Baca en la Biblioteca Nacional”. Fondo Editorial de la Biblioteca Nacional del Perú. Págs. 19-20 ISBN: 9972-874-54-0
4. Ibid. Págs. 21-22.
5. Ibid. Págs. 23-24.